El día que sepa escribir no me importará que me leáis. Mientras tanto, tomaros esto como una acumulación de sentimientos.
A ruinas no me ganas. He crecido entre escombros, demoliendo miedos, tirando abajo mil corazas.
He bailado sobre sacos de azulejos, dormido en colchones acristalados, desayunado hormigón para dos.