Sigues

Sigues susurrando al oído sin estar en la misma habitación,
sigues doblando los segundos cuando cruzamos las miradas,
sigues parando al sol cuando no necesitamos que amanezca,
sigues barriendo todo aquello que quiera borrar mi sonrisa,
sigues inyectando aliento cuando lo pierdo entre tanta mierda,
sigues velando mis fiebres más destructivas sin apenas naufragar,
sigues acumulando porqués sin que yo los pueda responder,
sigues abrazando momentos de película para cuando no haya tele,
sigues descorchando botellas cuando lo único que tengo es sed,
sigues falcándonos a escondidas corazones con nuestros nombres,
sigues tatuando batalla tras batalla tu sudor en mi piel,
sigues siendo el libro que se abre por las noches e invita a soñar,
sigues dibujando estrellas kilométricas en la niebla espesa,
sigues siendo el frescor de la gota de rocío que hiela siendo escarcha,
sigues encendiendo el fuego ahora que ya no nos queda oxigeno,
sigues rebuscando bocados de paz tras la guerra diaria,
sigues buscando ese final que solo tú conseguirás,
sigues disparando sin compasión donde más gusta.

Y a mí se me acaban las palabras
y a mí se me acaban los estilos
y a mí se me acaban los poemas,
y todavía no he encontrado la forma que tendrá
mi te quiero más perfecto.

Rompimos los moldes para no tener que repetir

Rompimos los moldes para no tener que repetir,
desafiábamos al corazón mirándonos de nuevo a los ojos,
las cunetas se frotaban las manos cuando volvías con cara de mala,
ceñida hasta las cejas con la boca cargada de balas
y mi cuerpo, mi cuerpo tatuado de dianas.
Las caricias no pasaban de ser simplemente palabras,
el amor se nos debió caer bajo la cama
cuando solo se escuchaban disparos
y las explosiones anulaban todos los sentidos,
podíamos haber muerto ahogados en nuestra propia sangre
y no nos hubiera importado lo más mínimo.
Siempre se te dio bien esa guerra de guerrillas
donde solo vencen los que muerden sin piedad
los que saben que lo que están haciendo
puede ser lo último que hagan.
Escupíamos vicio, respirábamos nuestro propio aliento,
por cada escalón que subíamos al cielo
bajábamos tres pisos hacia el infierno,
llega un momento que el calor de las llamas no lo aprecias.

El lobo nunca aúlla por miedo,
aúlla para proteger a la hembra y a sus crías
para que se sientan a salvo, protegidos,
lo más importante es la manada
y si para eso debo quebrar la garganta,
para mí ya está hecha añicos.

Todo llega

Todo llega, tarde o temprano todo llega,
a veces tan solo te falta girar la esquina,
devorar un par de años más o devolver una sonrisa,
pero créeme todo llega y esa canción al final será dedicada,
esa canción tendrá dueño.
Y por fin el colchón será campo de batalla
y por fin tus labios serán mordidos
y por fin todo el deseo explotará entre las piernas.

Jugaras tan sucio que el dolor será algo más que amor…

Todo llega, y algún día la puntería dejara de fallar,
la soledad no se vestirá de almohada en tus noches,
el humo podrá ir dirigido a otra cosa que no sea el aire,
las sabanas serán lo único que pueda molestar,
mientras que la última copa ya no la veras tan mal.
De las ruinas siempre se puede aprovechar algo,
la matanza de sentimientos llegará a su fin,
los sueños y anhelos te darán la mano para siempre.

Mirando atrás podemos llegar a perdernos.

Mirando atrás podemos llegar a perdernos.
Me gusta quemar los días a última hora,
en la cama junto a mi yo pausado, mi yo pensativo,
es una forma de liquidar, de zanjar,
de no remover mierda sino hace falta.

Sales en busca de una hora que te llene, que te haga olvidar,
una hora de risas, sin rincones donde acumular el polvo,
una hora que se auto multiplica a la vez que tu estado de ánimo,
de todos es sabido que lo que no se prepara siempre termina bien,
es complicado averiguar lo que la calle te tiene preparado.

Lo malo de los sueños es que tienen un final,
este comenzó ese final en el lugar donde empezó,
junto con un paseo, una parada, una visita, una mirada de las que secan mares,
y una promesa que cumplir aunque para ello deba recorrer
todas las gasolineras del planeta, el rellano es un lugar muy frio para dormir.