viernes, 21 de mayo de 2010

Olvidemos desde ayer hacia atrás

Arrasemos los caminos que dejamos atrás
que nunca nos puedan seguir, ni siquiera la primavera
olvidemos desde ayer hacia atrás,
el pasado muere cada día un poco más.

El despertar perverso de mañanas inesperadas
nos servirá el desayuno en forma de sexo caramelizado
las sabanas de chocolate caliente, almohada de algodón
y nubes blancas y rosas bailotean por el colchón.

La ventana se niega a llorar, el sol duerme perezoso
postales que cobran vida y respuestas que salen solas
una cola enorme de lloros olvidados no paran de criticar
no se quieren secar, tan solo piden volver a trabajar.

El suicidio continuo de las pequeñas alegrías...
El sueño aséptico de vuestras revoluciones a distancia...
El gusto a disgusto por gustar a quien os gusta...
La libertad que lloráis con vuestra mejor sonrisa...

...todavía sigo esperando en mi cómodo sofá
que abandonéis las trincheras que os habéis inventado
es imposible ganar una guerra de la que no tomáis parte.

Es la hora de romperlo todo



Es la hora de romperlo todo, desconectar,

incendiar todos los miedos,

apagar las ganas de seguir durmiendo,

rebuscar todo aquello que huela a pasado,

diferenciar entre vivir y esperar la muerte,

acurrucarse en vez de arroparse con sus mantas,

deshojar todas la rosas que disfrazan el camino,

entorpecer todos sus planes de empatía,

desenfundar la rabia que espera ansiosa,

disparar al sol en el centro de su corazón,

encarcelar los discursos de más de diez minutos,

afinar todas las cuerdas de la guitarra,

subir el volumen del micro mas allá del cielo,

asesinar con poemas que masacren conciencias,

vivir enamorado de la locura en un casa de dinamita,

encender las velas en una tarta de gasolina,

construir cementerios en los centros comerciales,

fotografiar el único arcoiris sin vergüenza en blanco y negro,

servir cervezas de lejía bien fría,

cargar la escopeta y esperar.

Es la hora de caminar como el que viene de pasear al perro,

con los vaqueros rotos, la vieja camisa de Nirvana,

la chaqueta de lana, las gafas de sol y el pelo enmarañado...

Es la hora rescatar viejas canciones que nos devuelvan vida,

de enfriar el fuego que recorre por los bosques mas poblados,

de sacudir el polvo de viejas libretas de anillas.

Es la hora de saltar al vacío cogidos de la mano

vestidos con el adiós

de los que saben que jamás

volverán a decirse te quiero.

sábado, 15 de mayo de 2010

Vivo por debajo de tus sueños

Que vivo

por debajo

de tus sueños,

vecino atontado

con los mañanas

más que

imaginados,

desparramo

versos,

me emborracho

de miradas

acariciando

horas muertas

deshojando

libros

y

empapándome

de palabras

que quieren

dibujar,

susurrándole

a mis demonios,

pidiéndoles

que marchen

que se busquen

otro infierno,

que con este

ya han terminado,

que olviden

el camino

de vuelta

y

que si pueden,

como

último favor,

no hagan

ruido

al cerrar

la puerta.

jueves, 6 de mayo de 2010

Desde el comienzo, todo esta empezando a acabar


Desde el comienzo, todo esta empezando a acabar, o desde que algo acaba, tan solo queda empezar. El mar parece ser capaz de ahogarnos a todos en un mal día, el viento quizás tan solo podría decirnos adiós, mientras que la lluvia se puede despedir uno a uno de todos nosotros, los malentendidos forman parte de todos nosotros, y en la playa solo hay arena para los que buscan algo más.

1. De cómo ella y sus voces dijeron adiós.

Las voces son mías, son tuyas, son de ellos, las voces no se callan porque no quieren y porque no deben hacerlo, están como el ultimo aliento, como la ultima mirada hacia atrás, como el estanque a punto de rebosar, como el exilio para los que no pueden mentir, están para se escuchadas, están para atravesar paredes, romper muros, pero no cicatrizan heridas. Esos labios tuyos buscan siempre otros labios, fruta para poder besar, siempre intentan llamar la atención, dejar de ser vulgares, siempre a cámara lenta con la lengua, humedeciéndose para ser más convincentes, acarician el dedo índice mientras un susurro conversa a solas con otra victima mas de tus encantos, y sabes que ya van cientos, y no te cansas, te gustas, disfrutas, te sientes fuerte, invencible, diosa de todos tus actos, embajadora del pecado que tu misma ofreces, es tanto el placer que sientes, que el dolor, los remordimientos, el miedo al mañana, no pasa de ser más que un par de minutos en el balcón, mirando la luna a través del humo de los cigarros que también conocen tus labios, esa misma luna que mas adelante será la única testigo del salto al vacío que acalle todas esas voces.

2. De cómo el y sus viajes dijeron adiós.

El mordisco es doloroso, el corazón sangra por dentro, mendigo de tus errores, los párpados cancelaron todas tus visitas, las pesadillas son capaces de aparecer sin estar dormido y eso no te deja dormir, la cocina es un hotel sin habitaciones, el salón un garaje sin coches, el balcón parece querer ser una pista de despegue, y el pasillo un río largo e inacabable por el que tu navegues. Tu arrancaste el enchufe y ahora la televisión parece que no puede mentir, el teléfono se canso de trasnochar y follar, la radio sigue en huelga y los libros no se pueden leer porque aún no están escritos. Tan solo te queda coger los últimos pasajes que te quedan sobre la mesita de noche, sabes desde hace tiempo que es lo único que te sirve para alejarte lo mas lejos que puedas de la verdad, y por fin sobrevuelas por jardines que nunca existieron, por parques que fotografiaron tu infancia, y paseas junto a nubes que ya conocen tu nombre mientras das paso a los cuervos que mas tarde visitaran tus ojos, pero el viaje se acaba y aterrizas en el frío y mojado suelo de tu cuarto de baño, es un aterrizaje doloroso, de los que mas vale no despertar, de los que sabes que por desgracia se volverán a repetir, hasta que llegue el último.