Manos vencidas queriendo decir adiós
ojos vidriosos pestañeando sin parar
pasos cortos que no quieren marchar
millones de poemas nacidos sin dolor.
Me queda la sonrisa del que nunca la pierde
el corazón que se hiere tras un resbalón
la ilusión que un día guardé en el cajón
y el olvido de conversaciones pendientes.
Hoy saldré a caminar entre mis recuerdos
con una mochila cargada con tus te quieros
nuestros llantos inevitables, las gafas de sol
y aquel cd rayado con canciones para el dolor.
Sabes de sobra que la esperanza va conmigo
que el tiempo y todos los sueños van contigo
sabes de sobra que esta noche es para todos
y que nuestra historia tan solo es para dos.
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