El día que sepa escribir no me importará que me leáis. Mientras tanto, tomaros esto como una acumulación de sentimientos.
viernes, 28 de enero de 2011
47°36′″N 122°19′″O
Seattle
Una vez las perlas improvisaron ser hijas,
Jeremy se atragantaba de tanta mermelada
pero seguía vivo, evolucionando, como
cuando una anciana de una pequeña ciudad
está empezando con su lista de deseos.
La calma se esconde entre tanto espíritu adolescente
y desata todos los miedos guardados cuando muere el litio
en esas cajas en flor con forma de corazón,
el aneurisma acaba por apagar la vieja vela violada
mientras Polly mea marcando el territorio.
Un hombre superdesconocido cuchara en mano,
un agujero negro con forma de sol ahuyentando amigos,
yo recayendo de mis heridas día tras día y
nubes rencorosas instalando lluvia permanente dentro de casa,
parece un buen momento para salir la jardín y solo escuchar.
Metido en una caja compruebo en mi oxidado cerebro
que todas las preguntas acaban en “lo hago?”,
aunque no es tu decisión, un gallo no puede soñar jamás
y mucho menos con ser la reina del rodeo
acuérdate que Alicia pasó de las maravillas a estar encadenada.
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