Pedimos el mismo deseo a la vez
rodeados de hijos de puta
clavamos nuestras miradas en la guerra de te quieros que
libraron tu boca y la mía.
Ya está todo sellado, firmado y olvidado
los casquillos en el suelo nadan en sangre aun caliente
y si las paredes hablaran, también tendrían que morir.
El amor no va de poemas, ni corazones ni puestas de sol
el amor es algo más sucio, es a quemarropa y siempre duele
y solo así, con ese dolor, podemos afirmar que seguimos vivos.
Y ahora que sigan nuestro rastro,
dejamos alma y sudor sobre la cama, la ducha, el sofá, la
cocina, el pasillo...