El día que sepa escribir no me importará que me leáis. Mientras tanto, tomaros esto como una acumulación de sentimientos.
Y ahí sigo, en mi litigio inconformista
en la intensa búsqueda de la sonrisa perfecta,
en el secuestro absoluto de sus recuerdos.
Y sí, volví a escribir, volví a perder.
Tú ganas,
me queda fuerza, me quedan balas.
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