domingo, 28 de febrero de 2010

Desde el balcón

Desde el balcón veo nuestra tarde
donde las nubes vigilan
el calabobos nos empapa de melancolía
las manos del aire nos tapan la boca
y los dos sabemos que nos sobra ropa.

Nos despojamos de la desidia
y decidimos fabricar recuerdos
caminamos por la playa de la acera
mientras disfrutamos del mar en plena calle
la brisa hoy es viento racheado de ciudad.

El parque, un oasis de rejas verdes, oxidadas
de veredas prefabricadas, de árboles tristes
tan solo un perro sin correa ladra y es feliz
mientras su dueño fuma respirando tranquilidad,
para muchos, el mejor momento del día.

La zombies pasean, pasean por pasear el rato
algunos se paran en los bancos a leer
o incluso se tumban en el césped repasando vida
los hay que corren solos y en grupo
los hay que están muertos aunque vivan.

Abro los ojos, y tu ya no estas, no te veo,
noto en mis manos el frío hierro del balcón
mientras la tormenta me besa sin parar
mientras el viento me apuñala sin piedad,
y los dos sabíamos que nos sobraba ropa.

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