jueves, 2 de diciembre de 2010

EUKZ "Cuando el Ay de mi! entró en mis venas"



Llenan el barrio de muertos vivientes con las miradas ennegrecidas, muy complacidas, casi dormidas. Yo voy perdiendo la vista y me atacan las fiebres, hundo en nieve mi ardiente garganta, observo que me han grabado con un láser todos los huesos con tu nombre y recuerdo que anoche tú y yo jugamos a ese juego en el que tú siempre sales vencedora. Ante tanto desconsuelo echo mis huesos al suelo y me duermo boca arriba, luego mi madre me pondrá en papel de plata y será mi corazón quien pare mis pasos, sin lamentos.

Y callarán tus besos y adulterarán tus versos hasta hacer de ti un bufón sin derecho a la palabra, y sabes de sobra que si no amas como debes vives una cuenta atrás, porque son días contados, porque ninguno te dice que te está matando, ninguno te dice que es lo que te está oxidando.

Ahora dímelo hasta que me importe y no me deje comer, dime lo que ya sabemos, dímelo mientras suena la pianola de aquel burdel y Bambino se despide diciendo “amanece que no es poco”.

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