Continúo viendo demasiado lejos
la otra orilla del río
por la que nos quieren hacer cruzar.
La corriente es cada vez mayor,
y la prolongada lluvia de estos últimos años
no hace más que enfurecerla.
Lo único positivo
es que, cada día que pasa,
voy retrocediendo un poquito.
Retrocediendo, sí,
pero sobre mis propios pasos,
aumentando así la posibilidad
de coger la carrerilla apropiada
para dar el salto de mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario