martes, 27 de abril de 2010

1936...

Que no lo haya vivido no quiere decir que no me duela...


la sangre de mis abuelos escribió toda esta historia,

mis padres fueron hijos de los años mas tristes,

el miedo sale por sus ojos cuando las palabras no salen,

los recuerdos, el hambre, el saber que no hay futuro,

la juventud pasó como pasa el tren que sabes no vas a coger,

todo pesaba tanto como las piedras en los sacos,

la iglesia se dedicaba a plantar campos de cruces,

regalaban hambre, penuria, y adioses entre hermanos,

la barbarie reinaba empuñando armas, sonriendo cobardemente,

las miradas miraban al cielo buscando el porqué,

los últimos besos se los guardaron para ellos mismos,

el sonido del dolor era toda la música que se escuchaba,

el sol parecía no querer formar parte de todo aquello,

las nubes arrojaban toda su rabia como intentando

ahogar todo aquello, intentando borrar huellas,

el viento envenenado dicen que todavía huele a muerte.


Los libros de historia no podrán jamás enseñar

toda la rabia, todo el sufrimiento, todo el dolor

que se sembró y que aún sigue viviendo...

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