Los mañanas no pintan bien cuando tu habitación forma parte de un hotel,
la mezcalina jugó hasta muy tarde con el alcohol y hoy de nada sirve opinar,
las almas perdidas que mueren al sol nunca estuvieron obligadas a decir adiós,
cortinas temblorosas, ropa en el suelo, restos de amor y mirada inquieta al cajón.
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