jueves, 6 de mayo de 2010

Desde el comienzo, todo esta empezando a acabar


Desde el comienzo, todo esta empezando a acabar, o desde que algo acaba, tan solo queda empezar. El mar parece ser capaz de ahogarnos a todos en un mal día, el viento quizás tan solo podría decirnos adiós, mientras que la lluvia se puede despedir uno a uno de todos nosotros, los malentendidos forman parte de todos nosotros, y en la playa solo hay arena para los que buscan algo más.

1. De cómo ella y sus voces dijeron adiós.

Las voces son mías, son tuyas, son de ellos, las voces no se callan porque no quieren y porque no deben hacerlo, están como el ultimo aliento, como la ultima mirada hacia atrás, como el estanque a punto de rebosar, como el exilio para los que no pueden mentir, están para se escuchadas, están para atravesar paredes, romper muros, pero no cicatrizan heridas. Esos labios tuyos buscan siempre otros labios, fruta para poder besar, siempre intentan llamar la atención, dejar de ser vulgares, siempre a cámara lenta con la lengua, humedeciéndose para ser más convincentes, acarician el dedo índice mientras un susurro conversa a solas con otra victima mas de tus encantos, y sabes que ya van cientos, y no te cansas, te gustas, disfrutas, te sientes fuerte, invencible, diosa de todos tus actos, embajadora del pecado que tu misma ofreces, es tanto el placer que sientes, que el dolor, los remordimientos, el miedo al mañana, no pasa de ser más que un par de minutos en el balcón, mirando la luna a través del humo de los cigarros que también conocen tus labios, esa misma luna que mas adelante será la única testigo del salto al vacío que acalle todas esas voces.

2. De cómo el y sus viajes dijeron adiós.

El mordisco es doloroso, el corazón sangra por dentro, mendigo de tus errores, los párpados cancelaron todas tus visitas, las pesadillas son capaces de aparecer sin estar dormido y eso no te deja dormir, la cocina es un hotel sin habitaciones, el salón un garaje sin coches, el balcón parece querer ser una pista de despegue, y el pasillo un río largo e inacabable por el que tu navegues. Tu arrancaste el enchufe y ahora la televisión parece que no puede mentir, el teléfono se canso de trasnochar y follar, la radio sigue en huelga y los libros no se pueden leer porque aún no están escritos. Tan solo te queda coger los últimos pasajes que te quedan sobre la mesita de noche, sabes desde hace tiempo que es lo único que te sirve para alejarte lo mas lejos que puedas de la verdad, y por fin sobrevuelas por jardines que nunca existieron, por parques que fotografiaron tu infancia, y paseas junto a nubes que ya conocen tu nombre mientras das paso a los cuervos que mas tarde visitaran tus ojos, pero el viaje se acaba y aterrizas en el frío y mojado suelo de tu cuarto de baño, es un aterrizaje doloroso, de los que mas vale no despertar, de los que sabes que por desgracia se volverán a repetir, hasta que llegue el último.

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