
Por no acompañar, hoy no me acompañan
ni los jirones del alma que mueren siendo letras,
caminitos de palabras que dibujan sin temores,
grandes imperios de sueños e ilusiones.
Hoy esperaba enloquecido a la señora inspiración,
pero nunca cogió el tren hacia mis locuras,
y acabó en manos de otro, violada por un lápiz mordido.
Hoy la desidia ganó la partida, pobre jugador,
ahora la escucho a lo lejos reírse de mi,
junto a un puñado de horas muertas, que arrastran sacos de miradas vacías.
Hoy el sol no ha salido, la luz es toda sombra,
las páginas en blanco se visten de polvo,
y la televisión es un libro que soñó con ser actor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario