domingo, 20 de diciembre de 2009

Mi vida.

Si de algo estoy seguro es
de haber nacido para
partirte la cara a sonrisas,
el corazón con te quieros
y el alma con mis pocas prisas.

Puedes escapar a lo normal
pero ya nada será igual
la vida es menos vida
si no nos dejamos llevar.

Y quien me perdonará
el no haberte echo feliz,
quien me perdonará
el tiempo muerto sin ti.

La pistola nunca disparó
el gatillo estaba apretado
pero las balas guardadas
y el caso, mas que cerrado.

Los fantasmas de adioses prematuros
murieron arropados por el polvo,
como las caras viejas y cansadas
como la canción silbada por un sordo.

Mientras, las consecuencias del pasar del tiempo
fueron siendo sepultadas a base de empeño sentimental.

Y la melancolía,
sólo la utilizo para escribir
sólo para ti y para mi
para nuestros momentos de balcón, noche y luna
nuestros momentos, donde duerme la locura.

Vieja compañera tristeza,
sabes que no te evito
que de vez en cuando te abro la puerta
charlo contigo
cambiamos impresiones,
pero no puedes quedarte
no puedo invitarte
me faltan cojones.

No maldigo los golpes,
sé que están
que vienen y van,
que hacen heridas
pero también
ayudan a despertar.
No guardo rencor
a las palabras y miradas dedicadas a mis errores,
son para mi y siempre las guardaré,
como guardo todo aquello que me duele.

Y así es mi vida a tu lado,
tú dejándome volar
yo volando sin reparo,
yo acumulando montañas de poemas
tú haciendo cuevas en ellas,
tú llenando la casa de colores
yo pintando en el espejo corazones
yo fotografiando nuestra alegría
tú acuchillando la apatía.

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